Sueños… Sueños
Sueños,
sueños ingrávidos,
subterráneos, inquietos, quietos,
heridos, moribundos, extraños;
sueños de hoy, de ayer, de mañana, de siempre,
sueños complejos, distantes, simétricos,
negativos, hambrientos, húmedos, lejanos,
perversos, enamorados, tiernos, ajenos;
sueños de otros, míos, exiliados, torturados,
yertos, congelados, prisioneros.
Sueños de mí, de ti, de nosotros, de los otros
de libertad, de silencio, de soledad...
Sueños cristalizados, encontrados, perdidos,
olvidados, desaparecidos, electrocutados,
abortados, aniquilados, extraviados, suicidados,
sueños oscuros, transparentes, frescos, desterrados,
oxidados, despellejados, herméticos, panfletarios,
adolescentes, viejos, humanos.
Sueños de sueños.
Sueños soñados.
Sueños en cajones ocultos.
Sueños sin patria.
Ay sueños sin dueños!
Sueños dilatados, paridos, permitidos abolidos, experimentales, carcomidos, sepultados,
ausentes.
Sueños sin libertad, sin determinados colores, sin alas,
sin sílabas, sin cantos, sin aliento, sin luz, sin sol.
Sueños naturales, celestiales, desparramados, vacíos, solos
compactos, grises, excéntricos, conquistados, frenéticos,
baratos, ebrios, individuales, grupales, profundos,
superficiales.
Sueños no soñados.
Sueños sin cajones.
Sueños perseguidos.
Sueños de mar, de amapolas, de hormigas, de peces, de mesas
de almacenes, de niños, de helechos, de pájaros, de poetas.
Sueños, solo sueños de sueños.
Sueños continuados, terminales, contagiados, depredados,
censurados, callados, domésticos, salvajes, estructurados,
separados, errantes, ausentes, sombríos, lapidados.
Sueños dulces, luminosos, lentos, limpios, sexuales, locos,
delirantes, sangrantes, teñidos, esparcidos, devueltos.
Sueños de agua, de hojas, de luna, de amor, de paz, de ojos
de manos, de pies, de piel, de mujer, de vientre, de parir.
Sueños ni más de menos,
ni menos de más,
solo sueños de
otros sueños...
quizás aún no soñados.
© Daniel Reyes
Una genialidad todos los sueños posibles.
ResponderEliminarLa vida es un largo sueño.
Un abrazo Graciela Barbero
ResponderEliminarEstá fantásticos este excurso por los sueños soñados y los por soñar.
felicitaciones
Walter Mondragón