Poema de Paulina Vinderman
Te encontraré en Ciruelo, dice.
Es un encuentro de poetas en una capital
sudamericana. Y la extensión a la provincia no entusiasma
a nadie. Salvo a él. Salvo a mí. (Y al viento).
A mi arrojo temerario que sabe buscar el amor y la muerte
en el mismo lugar.
Espadas. Certezas. Objetos de recambio y de poder
(oh, poder minúsculo e insomne como un pequeño dios.)
Mientras enfìlo hacia la estación de ómnibus,
un cansancio oscuro se derrumba sobre mí, como una
catástrofe.
Sola, sobre un banco de madera, espero.
La resignación es mi medalla, no la lealtad.
Sólo por eso cumpliré una vez más la cita pactada.
Sólo por eso y por el sol rosado como un flamenco
(triste como la palabra triste)
que cae sobre este lado del mundo como otro exilado más.
© Paulina Vinderman
2 comentarios:
Muy fuerte.
bello
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