No siempre llega así.
A veces los hace cuando estoy alegre y despreocupada.
Asalta como un
delincuente .
Arrastra con violencia .
Soy un país incierto,
sin guerreros que me defiendan ni fortalezas que no caigan.
¿Para qué los muros que día a día construyo como una
artesana?
No golpea la puerta ni pide permiso.
Es el verdugo que encuentra lo que busca.
No pide permiso.
Invade
Entonces me entrego como una condenada .
Sé que el pasado estará siempre ahí.
Esperándome.
© Martha Goldín
certeza total tu poema. directo a la sangre. susana zazzetti.
ResponderEliminarEl pasado es a veces un enemigo. Excelente poema
ResponderEliminarGraciela Licciardi
Espléndido poema con suspenso y un final que desgarra.MARTHA, un beso Isabel Llorca Bosco
ResponderEliminarqué poema!!
ResponderEliminarMe fascinó.