Sed
Un verso que cale los huesos,
que desgarre la voz al repetirlo;
pero eso sí,
un verso que termine en agua.
Diego José
Sin norte preciso
deambula por las calles.
No tiene nombre,
sólo un rostro envuelto
en la maleza oscura de su barba.
Un semáforo intermitente
pincela las últimas hojas del otoño
y él cruza por la senda
con su bolsa de nailon.
La madrugada entumece el tiempo.
Los vehículos traccionados a sopor
y los pasos del errante se extravían
como el aullido de un perro
que divaga entre los recovecos de la noche
sin agua.
© Darío Falconi
Darío:
ResponderEliminarQué alegría leerte por aca! Un poema precioso donde uno al leerlo puede vivenciar lo que describís con palabras. Me encantó el poema. Te felicito!
Tu poema me hizo estremecer... denota una profunda soledad de vida...
ResponderEliminarGraciela Licciardi
Muy bello poema sobre las almas errantes "entre los recovecos de la noche sin agua"
ResponderEliminarUn abrazo graciela Barbero
Impecable expresión de soledad, en versos.
ResponderEliminarUn alma sola. Muy bueno!!
"agua" una palabra que amás, que te identifica, que te divaga, te hace buscarla y dejar que ella sea tu propia voz poética. maravilloso! susana zazzetti,
ResponderEliminarHermoso poema Darío ....en su soledad, en su madrugada errante, en un final que me estremeció,
ResponderEliminarUn abrazo
María Montserrat Bertrán
Soledad y desnudez desde una posición de despojamiento radical, sin embargo, algo campea en el poema que transmite que porque nada hay, todo está por hacerse. Gracias Darío.
ResponderEliminarRaquel Jaduszliwer
Agradecido enormemente por los comentarios. Los abrazo a todos.
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