La noche consume escrituras antiguas.
Manchas de tristeza
en páginas de nácar ofendido.
Desnudos estigmas
que el viento hace estallar río abajo
entre los sauces.
Viejos poemas.
Restos de un canto yermo.
Desenfreno
que la mujer lleva para siempre en su sangre.
© Anny Guerrini
Muy bueno, con un final excelente.
ResponderEliminarAnny! es un placer leerte...
ResponderEliminarTe abrazo
claudia tejeda
La noche oficia como extremo del día, , te felicito Maria Luisa Marquez
ResponderEliminarMuy bueno. Griselda Rulfo
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