el agua se desliza por la ropa
se adhiere a la
piel
como una segunda epidermis
arrinconada en el resquicio de la tarde
busca un rayo de luz
que reconstruya sus átomos
la vuelva a la molécula
se eleve a la cima del águila
impávida escrutadora en el silencio
secas las retinas de mirar al sol
aguardando el grito mil emociones
detrás de la puerta sólo murmullos
y vos ahí
habitando las calles del no olvido.
© Mónica Angelino
Amo lo que construís con las palabras. Fuerte abrazo Mónica !!
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