Alcé la
mirada hacia las copas
y
comprobé la inminente llegada de otra lluvia.
Busqué
un refugio lejos de los árboles
y no lo
hallé. Detrás de un montículo de hojas
y ramas
secas se abría un nuevo camino.
Las
primeras gotas eran grandes y golpeaban fuerte
contra
el suelo despertando a la maleza. Caminé mojado,
sin
rumbo por el nuevo camino, y llegué al otro lado
del
bosque, donde me esperaba un arco iris.
© Máximo
Ballester
Genial!
ResponderEliminarPorque a pesar de todas las lluvias, siempre triunfa el arco iris,para volver a comenzar...
Máximo, qué positivo, me gustó ese final
ResponderEliminarTe mando un gran abrazo
Betty Badaui
ResponderEliminarLos caminos nuevos, a veces, tienen un arco iris al final. Sólo hay que dejarse llevar.
Excelente, Máximo.
Abrazo,
Alicia Márquez
Muy buen mensaje! Beso. Tere Vaccaro.
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