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18/1/17

Poema de Alicia Cora Fernández


LLAMADAS 

Las conté una a una, temerosa de equivocarme 
era cierto, no mentía el registro de llamadas. 
El tiempo midió al tiempo y el reloj no se detuvo. 
Después de mi mensaje de bienvenida, se escuchaba tu voz.
 Preguntabas por mí y pronunciabas mi nombre,  
en todos los tonos posibles de la voz humana. 
Creo que una o dos veces tu reclamo sonó a caricia, 
pero sé que fue simplemente un espejismo auditivo. 
En otras, el reclamo imperativo tapaba tus ganas de verme. 
Rebobiné la cinta del contestador mucho, tanto, que perdí la cuenta. 
Buscaba a las otras, las suaves, las que no guardaban misterios para mí 
en las que simplemente me decías, ¿estás ahí mi amor? 
me encantaba tu solicitud y tu amor a distancia. 
Me enamoraba ese dejo de sonrisa que podía adivinar cuando llamabas. 
Supe de tu necesidad por verme o simplemente escucharme. 
Pude olvidarme de las demandantes y de las me dibujaban lágrimas. 
Hoy la que te llama insistentemente soy yo, 
estoy en la cama, con el celular en la mano y el contestador en vigilia 
esperando tu voz, sola y, agazapada como una gata en celo. 
Quiero que por una vez, y sólo una 
seas vos el que busque entre las llamadas, 
vos el que rebobine la cinta del contestador 
y vos el que goce o no, escuchando mis reclamos. 


© ALICIA CORA FERNÁNDEZ

Imagen enviada por la autora

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