Saber
que mucho nunca será bastante
que la felicidad sólo llegará a pesar
de
y aun
dónde encontraríamos fuerzas para
arrancarle a la vida
ese guiñapo sangriento
si las gastamos venciendo la sorda
resistencia de las cosas
su hipócrita rebeldía
cotidiana
esa agresión pasiva que
nos desarticula lentamente
que reblandece nuestra pobre carcaza
de
suerte que
flojos
atónicos
ondeamos a merced de los
vientos.
© Paulina
Juszko
Pauli lo mejor que pude diagramarlo, abz Gus.
ResponderEliminarLo dicho a medias, lo entredicho...duele.
ResponderEliminarmuy buena imagen "la sorda resistencia de las cosas", eso inevitable que es como la gota que horada la piedra y día a día nos va reblandeciendo. La vulnerabilidad, la fragilidad de nuestra condición humana, magistralmente expresada.
ResponderEliminarSaludos, Marta Ortiz
Buenisima la foto que elegiste para ilustrar el poema, Gustavo. Un gran abrazo.
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