Doy cuenta del dolor
II
Rozar la memoria
traza astillas en el cuerpo.
La marcha de las palabras,
en la vigilia nocturna
libera letras que calman el dolor.
Absorbida por el recuerdo
pienso en vivo y escribo insumisa,
el juego del poema.
Las palabras se mueven por su cuenta
y almacenan el tránsito del tiempo.
Las piedras de la vergüenza ruedan a la distancia
y se hacen visibles a través de mí.
La muerte
nada en el lenguaje
y en mi cabeza.
¿Por qué el cementerio del olvido?
El delirio en los campos de la juventud
y en la vida cotidiana.
Tocar apenas con la mano
lo inexorable,
la marea del sufrimiento,
la niñez perdida,
alimenta los espectros y en lo más íntimo,
el miedo.
Aún hoy; sí; aún hoy tiemblo
cuando pienso que alguno de la casa no llega.
¿Cómo pensar que la ausencia y la desventura puedan volar
fuera del tiempo?
© Estela Barrenechea
Bello poema, ese temor que acompaño...
ResponderEliminarAbrazo
Elisabet
A la primera lectura, me quedó fijo "la marea del sufrimiento" que en el " juego del poema" coincide con ese nadar de la muerte,esa "nada"que la impregna. "Pensar en vivo" decís, frase estupenda que connota recordar en carne viva. Y ese pasaje de las palabras que mitigan. Con dos imágenes táctiles que hacen concreto lo abstracto, el poema consigue todas las gamas de un solo color. El arte es "insumiso". La lectura no da tiempo para respirar. Un beso grande Isabel Llorca Bosco
ResponderEliminarQué hermoso poema Estela, un abrazo y buen año!!
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