Enjuague de aljibes
Enjuagar aljibes en la última noche de la duda.
Está todo en su preciso y correcto lugar.
Desparramar amarradas lenguas de ignición.
Sopletear las cortinas del escenario pretérito,
y deformar.
Actualizar, subir las persianas.
Desarmar.
Las entintadas yemas de los dedos listos
se mecen de empatía con la piel fructosa.
Chocan las copas de los árboles de cristal.
Ramas quebradas por la lástima, semillas viejas, compasión.
El vidrio se empaña de sed.
La cara se lava de placer,
y tus ojos tersos, tu extensa planicie de efervecencia.
Saco la mano y pido paso,
poso mis labios y huelo espacio.
Despacio.
Busco el balde del desparpajo y espero.
La noche está cerca.
© Diego Bennett
Me encantó la extensa planicie, lo plano que engrandece , BRAVO!!!!! FELICIDADES María Luisa Márquez
ResponderEliminarBuenísimo, Diego!
ResponderEliminarMuy bueno amigo !!!
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