DESCONSUELO
Cuerpo en cerrojos, alma tras la piedra:
cada hebra de tu voz, el cielo prometido.
Yo, el desierto sediento, piel de grietas, sólo anhelo.
Y tu boca, un río clausurado.
Tu boca, un río demasiado distante, imposible camalotal,
universo escondido.
Creí que los verdes te habitaban,
que en tu piel la
vida era un navío y cantaba el agua su
plegaria.
Creí ver pájaros
surcando lo líquido en su hambre
y pétalos meciendo al
costado de tu amor su algarabía.
Desgarros de mi sueño. Pesadilla:
un grito inmemorial cabalga el tiempo y me traspasa
cuchillo de luz,
estrella herida.
Sólo yo, el río entre las rocas. Yo, el plumaje hambriento
de los picos,
el camalotal lujoso de los sueños.
Yo, las escrituras de la vida.
Sangra este amor
sobre tu cauce seco de morir.
Mi piedad no te salva. No podría.
Yo, quebrada de palabras:
desconsuelo irremediable
de la niña.
© Amalia Zacoutegui
Hermoso poema enriquecido por el AMOR que le ha de llegar , un saludo Navideño María Luisa Márquez
ResponderEliminarProfunda poesía como siempre Amalia, un abrazo! Felicidades
ResponderEliminar