La fragua
en tanto permanezco en el éxtasis y el espanto
de una palabra que no me contiene
un extraño desfile sucede frente a mí
veo antiguas máquinas de copiar en su tinta
pero copiar no es más que hacer otra cosa
exactamente igual a la anterior
es repetirse en un
círculo sin nombre
veo artefactos de coser que despliegan
puntadas sobre la mesa
transparencias de una cicatriz infinita
entonces pienso que coser es unir y algo
parece tener sentido
pero unir es “un ir” ¿adónde?
sólo el águila de
doble cabeza es capaz
de mirar en todas las direcciones
por último veo, en el sueño, apostar a los dioses:
con la luz que Thot le gana a Jonsu
crea cinco nuevos días al final del ciclo
de manera que no pertenecen ni al año viejo
ni al año por venir
en ese intersticio Jano habla por su boca
fuera del lenguaje y fuera de la historia
la cacería no da
frutos.
© Norma Etcheverry
Admirable poema, así como es tu escritura.
ResponderEliminarAbrazo
Elisabet
¡Muy bueno!
ResponderEliminarSaludos
Anahí Duzevich Bezoz
Tu poesía Norma, hace que uno vuele al leerla.
ResponderEliminarCariño grande
Me gustó esa poesía extraña y sentida. Abrazo.
ResponderEliminarEntre la palabra, la vida, la música y los hechizos… gran poema.
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