Poema de María Del Mar Estrella

De exilios y destierros 

A Ester de Izaguirre,que me legó su don,la melancolía 

La define un relámpago de ausencia, un trémolo de fábula

y esa frágil umbría que entretejió sus lágrimas al tiempo.

Porque sabe de exilios y destierros, morir en intemperie devastada

y volver a nacer de los despojos como un golem de barro,

ella zurce la noche en su madeja memoriosa de olvidos, el fervor de la culpa

la artera zancadilla de la traición.

A veces se le invierna la palabra y nieva

y a veces vuelve a descender veranos

para apresar la luna entre sus dedos.

Una herida de infancia la mutila

(aún espera la pisada del padre tras la puerta

que clausuró el destino).

Cómo encontrar los signos que refracten

su perfil de nostalgia alucinada.

Porque ella desborda, se desmarca, se evade

de cualquier intento de prisión.

A veces sus pupilas anochecen y el verbo

despilfarra migajas de voraz melancolía

para paliar el hambre del silencio.

Y porque supo descubrir el surco del avaro misterio

(ese rastro escondido del poema antes de ser poema)

una ciega magnolia la redime de todos sus disfraces.

Ya puede estar en paz la peregrina

porque ha llegado hasta el final del túnel

y ha devuelto

la moneda que un d;ia le otorgaron.

Ha cumplido el mandato.

© MARIA DEL MAR ESTRELLA.