El perdón
Aquel de la pobreza honesta
desnudo entre las sombras
cruza al desamparo
con la voz y el cuerpo de un jilguero
Las edades tiñeron los adioses
y el exiguo alimento
Hoy bebe el agua pura
del río incorruptible de los sueños.
En tanto
la sagrada virtud del perdón
respira en las
arterias
ejerciendo la bíblica
hermosura
cantando su indulgencia
Y un torrente de azogue me devuelve
al vertedero de un sol misericorde
mientras va sollozando el mundo
más allá de lo durable
o perdido entre los ecos.
© Marta De Paris
Bellisimo, simplemente bellisímo.
ResponderEliminarGran poema, Marta!
ResponderEliminarBesoss
Un enorme abrazo Marta, y gracias por este bellísimo poema! CRISTINA DI LERNIA
ResponderEliminarUn poema que asombra por su hermosura. Marta, elijo los veros "las edades tiñeron los adioses".Un abrazo Isabel Llorca Bosco
ResponderEliminarUn poema que asombra por su belleza. Elijo "las edades tiñeron los adioses". Un abrazo
ResponderEliminarIsabel Llorca Bosco
Es sollozo, soledad... belleza. Gran poema
ResponderEliminarMuy bello!!!
ResponderEliminarDavid Sorbille dijo...
ResponderEliminarEncantador poema! querida Marta. Un abrazo
Bellísimo, Marta. Alta calidad poética de tus imágenes, que es un placer leer. Un abrazo. Adriana Maggio
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