Poema de Sergio Kisielewsky
Sé que tenés un rubí entre los muslos
Emilio trae el tramallo y vamos por los peces
Vamos por nosotros.
Todo es una mesa tendida que trajo Elba del más allá.
Ya no tengo seres ni varillas ni venados
Te veo doblar las servilletas y levantar la mano.
Tu rastro es un candil del paisaje
Cuando te vi por última vez trajiste la pollera tableada
Y el farol comenzó a titilar
Vos me hablabas en un idioma de carne
Yo sólo vi tu boca con el corazón en celo
Los dientes transparentes el suéter blando, las caricias
Vamos allí me dijiste.
Torpe de mí. Te vi desnudándote como un diente de marfil
De las elefantas del desierto
M e tocás y tiemblo
Me nombrás y soy alto.
Creceré como las boas en el desierto
Me arrastraré en tu humedad quedaré allí como una martingala
de espárragos.
No seré el mar pero sos la sal
Subimos y llegamos al médano.
Ahí te abrís como una doncella que no miente que no esconde.
Vamos y venimos por la orilla
Me mirás como la indiada en el galope
Sabés que ya me fui y me mirás.
Es más fuerte tu candor
Loca de espera
estallo en el ojo de otra tormenta.
© Sergio Kisielewsky
3 comentarios:
El erotismo en alto y el poema también
Abrazos
Betty
sin vulgaridades tu erotismo, pone el " ojo en la tormenta" con delicadeza y más delicadeza. susana zazzetti.
Hermosas imágenes con marcado erotismo muy bien manejado.
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