De no hablar
De lo álgido que surge
cuando alguien habla en el momento inoportuno,
en ese momento casi tan substancial
como cuando el cirujano entierra el bisturí
en la carne ajena
y la sangre empieza a brotar
como el pasto en verano tras la lluvia,
de eso se trata el juego macabro,
de esconder el dolor tras el silencio,
las miradas tras la soledad,
la rabia tras un insulto vertiginoso
que sale expulsado casi inusitado
sin motivos cercanos aparentes
sólo surge en ese instante
corrompido por el habla ajena
que muerde el cerebro y arranca un pedazo
eso ha de sentir
que le muerden el cerebro y le arrancan un pedazo de paz
y por ese pequeño hueco herido
comienza a brotar lo reaccionario,
el insulto anárquico inmedido.
© Romina R Silva
Imagen enviada por la autora
Gracias por esta nueva publicación, abrazos Gus.
ResponderEliminar"que le muerdan el cerebro y le arranquen un pedazo de paz" tremendo. Muy bueno
ResponderEliminarUn abrazo Graciela Barbero
Gracias por comentar, abrazo Graciela.
ResponderEliminarme encantó! delicioso! siento la descripción perfecta del -hasta aquí llegué- y se suelta lo indómito, esa bestia salvaje que tantas veces sometemos, por educación, prudencia, tolerancia y respeto o temores que desde niños nos invaden... pero que algo de alguien satura y rompe por fin la línea y vaciamos ahí, justo ahí en ese otro al que no le preocupas o te respeta, toda la cloaca acumulada... quizás desde allende los mares, hasta de otras vidas pasadas... comúnmente dicho, la gota que rebalsa le vaso. gracias por compartirlo. francisco
ResponderEliminarIntensa escritura de las emociones, Romina!
ResponderEliminarAmalia Zacoutegui
Me alegro que lo disfrutes Francisco gracias!
ResponderEliminarAbrazo grande Amalia, gracias por la lectura.