Elemental
Si yo fuera panteísta —me decías—
escogería venerar a los dioses domésticos,
los dioses del hogar, pequeños y sencillos,
que se esconden tras una planta del jardín,
en la corteza de un mueble de madera
o dentro de un jarrón de cerámica
que alguna vez una muchacha aborigen portó sobre su cabeza
-cómo ondeaba su cintura en equilibrio, su cabello
negrísimo.
Los dioses diminutos y traviesos
de la lluvia en verano o del agua cayendo desde la regadera,
la diosa de la acequia en una vieja huerta
que aún frecuenta mi infancia,
las diosas del estanque o de la alberca
—siempre hay algo divino entre las aguas—,
el dios de la puerta, el dios de las almohadas, el dios de
los jabones,
el dios de las ventanas,
la turbulenta deidad de la caldera que hierve,
el dios mayor del hogar, escondido (y revelado) en el fuego.
Si yo fuera panteísta, me decías, creería en todos esos
dioses.
O en la porción secreta de Dios que hay en todos los
elementos
—repuse.
Y mientras conversábamos, al caer de la tarde,
miraba yo con recelo y ternura, al mismo tiempo,
ensombrecidas pero aureoladas de luz nueva,
todas las cosas de la casa.
© Gabriel Chávez Casazola
Foto: Gustavo Tisocco
ResponderEliminarUn bellísimo poema Gabriel, con muchas verdades, hay muchos dioses domésticos y cotidianos en los que confiamos, muchas deidades en lo simple, en todas las cosas de la casa.
Lily Chavez
Hermosa visión de un momento sublime, bello poema.
ResponderEliminaruna emoción distinta sentí, como si estuviera rodeada de dioses que amo pero que no los tenía presentes. por costumbre, nomás. de modo que tu poesía tiene esa magia poco común de despertar de inmediato el inconsciente. maravilla de palabra. susana zazzetti.
ResponderEliminarAh de los lares, tan caros a nuestra porción más minúscula. Un poema "divino", Gabo. Abrazo, PAOLANTONIO.
ResponderEliminarHay un algo en la música de este poema "que me puede".
ResponderEliminarR.
Gran mirada de los dioses.
ResponderEliminarUn abrazo
bellísimo y emocionante, imágenes sencillas y que tocan el sencillo dios de cada uno. felicitaciones. marta comelli
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