LLUVIA
Llovía como en Macondo
los tonos del vigor revitalizaban
fragmentos de surcos
de contornos en sombra de nubes
en las texturas y las formas de los besos.
Cuando habíamos terminado de atardecer
en las manos siguió latente
el fuego el bosque el manantial las laderas
el feliz momento del reflejo centelleante
sobre las descoloridas nervaduras
de las expandidas hojas
en la rosada humedad
del cielo pleno aún de golondrinas.
© Sandra Pien
Bello poema! Gracias por compartirlo! Besos.
ResponderEliminarTere Vaccaro.
Me gusta ese juego de lluvia y amor sutil.
ResponderEliminarUn abrazo Graciela Barbero
Bellísimo tu poema Sandra !!! Gracias! Un fuerte abrazo !!!
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ResponderEliminarla sutileza del poema de amor junto al fenómeno natural lo hace muy interesante.
W.M.