La suelta
Me retoco los labios en el tren
al lado de un hombre
que mira hacia otro lado,
animo la suelta de perfumes,
deshago la trenza,
enfurezco el color de mi boca
después de haberlo atormentado.
Una parte mía se escapa en este instante.
Como un caballo negro,
cabalgo velada por mi propia oscuridad,
montada por jinetes
que conducen a la guerra.
© Natalia Litvinova
Buen poema. Trágico y nocturno.
ResponderEliminarQuerida Natalia, un poema magnífico, propio del que conoce las armas de escribir, de la seducción y de ser libro. Escondidas en tu "propia oscuridad".-Beso Isabel Llorca Bosco
ResponderEliminarMe encantó Natalia !!!! Gracias !!!
ResponderEliminaracompañada del instinto equino. cuanta la gratitud...
ResponderEliminarHermoso poema atravesado por la fuerza del instinto y la oscuridad. Muy bueno. Un beso. Adriana Maggio
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