Certezas de la noche
alta
dedicado
a Nicanor Zavaleta
Cada cual
se hace costra
en su esperanza.
Hasta el sol
se ve humillado
cuando las nubes
hablan.
Trunco
el viento
despelleja
una naranja.
Pero mi sombra
abanica una retama
y los dedos
se deshojan
de mis manos,
para el arpa
que toca
para sí.
La sosegada:
partitura sonámbula.
© Marta Zabaleta
de una interioridad sensible, intensa para aplaudir. susana zazzetti.
ResponderEliminarGracia, Gus, por publicarlo, y muchas gracias tambi30n a Susana, por sus generosas opiniones , siemrpe tan bienvenidas y estimulantes.Con carino a los dos, desdele frio veranod e Londres.Marta
ResponderEliminarme gustó mucho! tiene una intimidad que apenas se puede balbucear, como un secreto escondido! gracias por compartirlo, francisco
ResponderEliminarMe encantó, una síntesis poética que renace en luz...
ResponderEliminarCuando un poema te envuelve en tanta sensibilidad hasta tus poros tiembla. Bello.
ResponderEliminarBello poema, tiembla en el viento, un abrazo N¡Marta,
ResponderEliminarSilvia Loustau
El viento trunco despelleja una naranja, me gusta cada imagen que deshoja el alma.
ResponderEliminarun abrazo Graciela Barbero
Poema pleno de imágenes subjetivas y sugestivas, tan concentradas en tu esencia de poeta, que uno se siente invitado a una fiesta.
ResponderEliminarBello Marta!!
Susana Giraudo