Poema de José María Pallaoro
PARA CLARA
(La clara verdad)
Ni un temblor en sus ojos.
Frías esmeraldas, ajenas, implacables,
en una calle cualquiera de La Plata.
(La clave)
Como la flor
que se abre.
Como la flor
que se cierra.
Eterno y fugaz.
La clara verdad.
(Basta de todo)
Todo eso no la destruyó.
Todo eso la hizo mejor.
Más hermosa.
Más humana.
Invisible.
(Picados por la curiosidad)
¿La sensibilidad del otro
nos parte en dos,
nos hace uno?
Y entonces ocurre
lo excepcional,
lo no previsible.
Tus dedos
acariciando los míos.
(Me desgajo de vos)
y crezco
con una claridad
insospechada.
(El camino más fácil)
Ella sopla las opacas nubes
de su corazón
y se resfría.
(Por el motivo que sea)
Clara
es tan clara
que no
necesita soles
para embellecer
los días.
Eso sí:
cuando cierra
sus ojos
todo hace agua
y lo que vale
la pena
se ahoga.
(Derrotas)
El amor sigue
creciendo
y también
su pena.
Sos
la belleza
que duele.
La derrota
del no
avanzar
jamás.
(Un poema zen)
Nada estalla de las manos
del solitario que escribe su poema
sin pájaros del deseo.
© José María Pallaoro
Etiquetas: José María Pallaoro
3 comentarios:
Bueno, para pensar, releer y pensar, profundo, para pensar. Me gustó. Antonio.
Gracias Antonio.
(No hablo de estos textos en particular). Pienso que toda poesía debe (por lo menos) intentar acercarse a la belleza y al conocimiento. Si no es así (pienso, nada más), qué sentido tendría escribir poemas?
Mi abrazo.
jm
me encantó!!! precioso!!! gracias por compartirlo, francisco
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