En mi collage, hay una luna asombradísima
de mi presencia en la tierra todavía,
y un cascote rojo pegado a la palabra puente,
escrita con pincel sobre algo parecido a un muro.
¿Huelen el encierro?
Siempre se hace tarde en ese lugar
y nadie responde al para qué.
La oscuridad es una razón, una lógica inmutable:
está hecha de los corazones de las barajas
que usaba en mis castillos.
Bajo el negro de humo está el lobo a mi puerta
(esa puerta recortada de una foto).
Lo acariciaré en el umbral, lo miraré hasta el fondo
de sus ojos de oro inconquistable.
El miedo y la muerte no tienen su figura,
están pintados de blanconada en el rincón derecho
como símbolo de una boda en la nieve,
de la música que no se oye salvo en la inexistencia
de todos los reflejos.
¿Pueden tocar el dolor?
Es una noche sin palabras,
es tu amor distraído detrás del alambrado visible.
© Paulina Vinderman
Querida poeta Paulina:
ResponderEliminarTu poema es un cuadro surrealista con toques de realidad volátil. Hermoso!
Un abrazo
Xenia
Tus preguntas a los "lectores" es lo que más me sorprendió en este poema. Bellísimo.
ResponderEliminarGrande Paulina!
ResponderEliminarjm
¿Pueden tocar el dolor? Bello.
ResponderEliminarPude tocar tu dolor a través de tu poema.
ResponderEliminarDesgarrador, muy bueno.