FIGURA DOCE
he decidido arrojarme
a búsquedas poco controladas
antes me paraba
detrás de un cuerpo
en el patio frío
corregía conductas
“no debo molestar” “no debo hablar”
hasta rompí dibujos
por una sanción severa
doscientas oraciones
esas mujeres eran mis maestras
y exigían tomar
distancia
© Catalina Boccardo
ResponderEliminarPerfecto, Catalina.
¿Quién no lo sufrió?
Un abrazo.
Alicia Márquez
No cierto, Alicia?
ResponderEliminarcelebro tu decisión. hay que ser..., al menos intentarlo. susana zazzetti.
ResponderEliminarY cuánto dañan , las mismas maestras castradores, ignorantes de conocimiento. No se borran mas esos momentos y uno se "aleja" de ellos cuando aparece alguien que nos recuerda ese tiempo. UUUUffffffff
ResponderEliminarAbrazo me alegra hayas podido sacarlo afuera.
Ingenioso poema, Catalina, con un final polisémico. Felicitaciones.
ResponderEliminarMariano Shifman
Compartimos esas exigencias controladas. Me gusta ese arrojarse "a búsquedas poco controladas". Un abrazo
ResponderEliminarGraciela Barbero
Aprendimos a darnos permiso. Muy bien. A pesar de la distancia. Me gustó mucho. ¡Gracias por compartir!!
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