atravesar
el aire con un diamante
herirle
las meninges
y
penetrar aún más
allá
del escenario
este
music hall adonde ella
entona
el aria principal
y el
espectador
se agita vive
aplaudiendo
el fatal poder
de los
colores
-hay un
error-dice
y ella
que sostiene
la nota
en la garganta
es un
grito parece
(no lo
sabe)
después
la luz
que cae
en un
silencio sólido
que se
ha de atravesar
entonces
© Ana
Guillot
Ana querida, el grito se escucha, sigue sonando después de leído el poema. Así como esa luz caída, golpeándonos.
ResponderEliminarGracias. Besos.
delicioso y trágico, me encantó, gracias por compartirlo, francisco
ResponderEliminarTodo sentimiento el arte.
ResponderEliminarUn abrazo
David Sorbille dijo...
ResponderEliminarExcelente poema, Ana!! Un abrazo
Original y sorpresivo. Un gusto leerlo.
ResponderEliminarMarta
Te felicito ANA Gillot por tu tan sentido poema.
ResponderEliminarUn abrazo
Xenia