EN EL AIRE
(Vida y
muerte de Alberto Olmedo)
Me disfracé
de chantas, mayordomos,
de dictador
de felpa y de Piluso;
la “rompí”
junto al Gordo y con el Ruso.
Comandé a
Polvorita y otros gnomos.
Comí también de
los mejores lomos,
no sé qué
buena estrella lo dispuso.
De cada
noche hacía pleno uso:
cualquiera
en mi lugar... De carne somos.
Sin embargo,
unas rachas de tristeza
dos por tres
me nublaban la cabeza.
¿No me bastaba con vivir al
filo?
A poco de
cumplir cincuenta y cuatro,
una blanca
mañana perdí el hilo.
Y de
improviso se acabó el teatro.
©
Mariano Shifman
MARIANO, le dije a Agustín que estaba muy bueno y él opinó lo mismo. Un beso Isabel Llorca Bosco
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