Casi una historia argentina
Dicen que en aquellos años el desierto
también hablaba de muertos y desaparecidos.
Que al ausente se lo podía ver
en la punta de una lanza inmóvil
como un espantapájaros en la toldería.
Y dicen que entre los vivos caminaba
con las botas puestas
y que llevaba en sus brazos
años de tropeles y de soledades.
Dicen que sus crines
eran como la oscura muerte
entre la arena y el polvo
y que luego llegaba ella
la cautiva de la sangre y del hombre
aullando a la luna.
A Esteban Echeverría
© María Marta Donnet
Pintura: Jorge Alvaro
me gustó el poema tanto como la dedicatoria a quien mucho supo y escribió sobre ésto. un abracito y gracias por rescatarlo del olvido susana zazzetti.
ResponderEliminarBellísimo. Tiene la sabiduría de lo antiguo y la belleza de la poesía intemporal. Un abrazo. Adriana Maggio
ResponderEliminarLa historia rescatada a través de la viva poesía. Logrado poema
ResponderEliminarRecrear a "La Cautiva", el malón y la violencia de una historia que no ha terminado....abrazo, Ines´Legarreta.
ResponderEliminarBello!!!!!!!
ResponderEliminarflora
Muy bueno... mi admiración siempre.
ResponderEliminarabrazote.
Cynthia Rascovsky.