Sobre esta playa de guijarros parada
Pequeñas rocas, mis rocas, mi pasado.
Lento corazón de casa
que el amor ha estallado y pulido.
Ya no hay roca, ya no hay casa.
El corazón vive libre a la intemperie,
late, vuela, canta.
El muro que lo contenía ha caído hecho carne
todo es presente en esta playa de guijarros.
La arena no es fina y blanca
no es virgen de pisadas
no es azul el agua.
Es un paisaje que queda
tras la íntima pelea de la sangre.
El cielo es rojo,
roja el agua
verde la mañana.
Soy yo a pesar y por lo tanto
Ni grande, ni pequeña,
humana y peregrina.
© Gisela Galimi
Hermoso poema. Abrazos.
ResponderEliminarbello poema
ResponderEliminar"mis rocas, mi pasado..."
gracias
norma starke
hermoso poema, Gisela!
ResponderEliminarUn poema que transmite paz, libertad y aceptación frente a los cambios que el tiempo provoca en nosotros y en las cosas.
ResponderEliminarUn abrazo
Juany Rojas
ResponderEliminarque difícil facilidad expresa en la factura de estos versos y que simbolismo del reino y el exilio aceptado. excelente
Walter Mondragón