EL BALDÍO
Noche
boca abierta a la eternidad
tiempo sin ojos
paredón desnudo
abismo
por donde cae el silencio.
Dos sombras se arrastran
como serpientes heridas
el baldío
chorrea su fetidez.
Cruje el misterio.
Una muerte crece
se alarga
hasta tocar la soledad.
Las manos del trueno
prenden luces amarillas
el miedo extiende sus raíces
ahogando las gargantas
arañando el silencio
que es más fuerte ahora.
Nace un lirio del vientre de la noche
traspasa su densidad
exhala aroma a inocencia.
El baldío y la muerte
quedan atrás.
© Elena Cabrejas
Elena, un poema estupendo,misterioso que nos tiene en suspenso como la luz del semáforo, escrito con una altura inusual y certeramente ilustrado. Un beso Isabel Llorca Bosco
ResponderEliminarUNO DE LOS TANTOS LIRIOS QUE HACEN POSIBLE LA ESPERANZA Y EL EXISTIR A PESAR DE TODO...
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ResponderEliminarA ISABEL LLLORCA BOSCO Y A MARIA ALICIA, LES AGRADEZCO SUS COMENTARIOS DE POEDTAS GENEROSAS Y BUENAS POETAS Y A GUS GRACIAS POR CONTINUAR EDITANDOME E ILUSSTRARME. GENEROSO Y EXCELENTE POETA.
ELENA CABREJAS 12:15 DEL 27 DE FEBRERO DE 2016.
Hola Elena: un gran poema, donde la noche, la muerte y los cuerpos heridos contrastan con ese "lirio" que "nace" del "vientre de la noche". Gran dolor y delicadeza espiritual en tu poema. Cariños Irene Marks
ResponderEliminarGRACI AS IRENE MARKS. TR AGRADEZCO DE TODO CORAZÓN.
ResponderEliminarY TE ENVÍO MUCHOS BSSSSSSS.
ELENA CABREJAS 4 de marzo de 2016; 16:50