Dos Barcos
No se por qué me persiguen dos barcos
que se estrellan en la madrugada
o
en una noche que no es ni áspera ni dócil.
Apenas veo sus proas.
No los distingo, los siento ahí
en alguna parte del mar, de otro mar que no es el mío,
tampoco el de los sueños.
Quizás sí sea el de la infancia, más allá del Le Maire,
el de los libros
o el de las pesadillas de invierno.
Dos barcos grises, sin tripulantes, chocando
sin ruido
entre olas altas.
© Anahí Lazzaroni
muy bellas las imágenes en medio de la incertidumbre. susana zazzetti.
ResponderEliminar"otro mar que no es el mío" bello!!!!
ResponderEliminarflora
Muy bueno! La sensación de desasosiego ante lo que es des- conocido pero que se presenta familiar...así en los sueños. Abrazo, Inés legarreta.
ResponderEliminarmuy sugerente un poema que indaga una respuesta que probablemente no exista. Así nuestra tarea, siempre en la sospecha de poder ver los barcos con nitidez y siempre "fracasando" entre olas altas. Muy bueno, Anahí.
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ResponderEliminarquien no se ha extrañado del mar, que el sólo pensar nos asombra.
muy bien
impresionismo que me encantó. paolantonio
ResponderEliminarBello poema.
ResponderEliminarQué hermosa visión...
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