A Fanny
Liponetzky
Esa era el agua más pura,
el pañuelito blanco de tu canto.
Antes, que buena palabra entre tus brazos
cuando desgajábamos mandarinas
en la siesta hexagonal
de los mosaicos en la casa vieja
Esa era el agua más pura
aunque dijeras a los ochenta
no me quiero morir,
no viví como quise
pero quien?
Cantabas, anunciabas el sol
desde la garganta,
recuerdo tan humeante
como el caldo en la mesa del invierno.
Cantabas?
no viví como quise
Cantabas?
No me quiero morir
Cantabas?
Agua pura quiero creer tu pañuelito blanco.
© Sonia Rabinovich
Hermoso poema
ResponderEliminarPesiso y precioso, Sonia. Y al terminar de leerlo , ese sabor a infancia queda en la boca por obra de tus palabras.
ResponderEliminarSusana Giraudo
UN CANTO VERTEBRA EL POEMA CON LA METÁFORA DEL PAÑUELITO Y DEL AGUA. Y AL FINAL, EL ASOMO DE REBELDÍA EN LAS DOS FRASES TAL VEZ NO CANTADAS.TU POEMA, NOS SIGUE MARAVILLANDO DESDE SUS MENORES DETALLES. Un beso, amiga. Isabel Llorca Bosco
ResponderEliminarme gustó mucho!!! gracias por compartirlo, francisco
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