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26/1/16

Poema de Darío Paiva

  
     Adagio sostenuto.

 Deseo inútilmente escapar del terror de mis ojos,
 salvarme de mi mente;
 condenada al contemplar,
 ingenua,
 noches con hambre de Ángeles niños (mugrientos, retorciéndose,
                           muriendo un poco este día),
 y el amor de besos de cristal en Almagro.
(Miro los pájaros muertos sobre la vereda).
 Me arrodillo a tomar el agua de la calle,
 recuerdos de la sangre latiendo en mi cabeza.
 Para entonces, era Yo,
 un demente,
 un gladiador nato,
 mutilado por siglos de terribles lluvias.
 Dios extraño, que creaste la vida para destrozarla,
 “mellaste mi alma con tu espada
 de Rey Guerrero”.
 Mi corazón salvaje
  ama estas ruinas.


© Darío Paiva

4 comentarios:

  1. Acerco mi comentario, "hoy estamos todos envueltos en el mismo dolor
    Ignacio

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  2. jorgepablomoreno.27 de enero de 2016, 5:34

    Mi corazón salvaje, ama estas ruinas.... Un final que sobrecoje este profundo poema.

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  3. Milagros Rodríguez27 de enero de 2016, 21:12

    Un corazón salvaje para un poema muy lúcido

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  4. "Deseo inútilmente escapar del terror de mis ojos" ojalá pudieramos algún día.

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