Una rendija
Y tomando barro de la acequia
el niño formó cinco pajarillos cuando nadie lo veía.
Se alisó entonces el cabello que le cubría la frente
tomó aire
sopló suavemente sobre ellos
y echaron a volar.
© Gabriel Chávez Casazola
Querido Gabriel un gusto publicarte en este sitio que pretende difundir a poetas contemporáneos, mes a mes serás publicado, un abz Gus.
ResponderEliminarMe encantó la imagen del niño soplando los cabellos para que vuelen como pájaros, hermoso y significativi.
ResponderEliminarBienbenido, es un gusto
Felicidades
Betty
¡
ResponderEliminarqué maravilla tu poema, Gabriel!
Felicitaciones y un gran abrazoi de bienvenida
María Rosa León
Bienvenido a este espacio con una poesía bella,imágenes tan sutiles.
ResponderEliminarUn abrazo
Graciela N barbero
¡Qué bello! Una verdadera delicia poética. Gracias y muy bienvenido al blog. Un abrazo. Adriana Maggio
ResponderEliminarMuy fresco, me encantó.
ResponderEliminarPrecioso! Un abrazo, Inés.
ResponderEliminarUn poema breve y con muy buenas imágenes.
ResponderEliminarUn abrazo y bienvenida.
Ana Romano
muy hermoso, saludos.
ResponderEliminarMuy lindas imágenes !!!!
ResponderEliminarflora