CADA VEZ MÁS CLAROS ERAN SUS OJOS
Sentada en el sofá de su casa era una herida entre las fotos
Nos íbamos al bar
frente a la plaza
y le aconsejaba cosas
absurdas:
de cómo mejorar
su vida y otras mentiras
cuando me conmovía y
estaba por llorar.
Le proponía ir a ver ópera,
comprar un tapado de
pana
o pasear por la
ciudad en un auto negro
en la llovizna de un
sábado
Tomábamos café con crema
( Ella no quería
nada.)
En el bar recordaba distanciada de todo
Y cada vez más claros
eran sus ojos.
Habló de unas hermanas que en el pueblo
fueron reinas de belleza
Habló de un verano,
de los veranos.
De un tiempo
en el que no estaba yo.
© Clelia Bercovich
ResponderEliminarAbsolutamente conmovedor, Clelia. Este poema es una maravilla.
Abrazo grande.
Alicia Márquez