Dejaran.
No es más que una
ventana. Sin embargo, por ella se insinúan otros mundos posibles; de miradas
sorprendidas, risas en una cama. De espejos hirientes… mundos de errantes
solitarios caminando la noche…
De este lado de la
ventana, todo por hacer. Cubrir los espacios que dejara la noche y ahora el
sol, insolentemente los enumera.
– Quién ocupo esta silla junto a la mesa. Vaga, breve
sensación de una imagen, que sé, fue querida.
Restos de un vaso
roto, conserva cierto líquido de color indescriptible y se enseñorea entre
colillas expulsadas del cenicero. Nadie se atreva a juntarlos; en sus bordes,
marcas. Tal vez en ellos se escondan las últimas palabras,-no las recuerdo-,
que dejaran las manchas de vino en el mantel.
© Darío Paiva
No es más que una ventana, empieza diciendo el texto. Y las ventanas siempre me han provocado muchas cosas y me gusta pensar en los mundos diferentes que hay según desde y hacia dónde se mire.
ResponderEliminarLily Chavez
ResponderEliminarAdoro este poema de ventana. Amo mirar las ventanas iluminadas en la noche. Y me encantó mirar por la ventana de tu bello poema.
Abrazo grande.
Alicia Márquez
hablás, darío, nada menos que de la ventana. como la puerta, justamente la que divide lo propio de lo ajeno, la oscuridad de la luz, lo que tengo en mí y sale de mí hacia los otros.y en reversa. magnífica idea has tenido. me encanta. susana zazzetti.
ResponderEliminarMaravilloso poema. Un mundo imaginario, uno real, distintas miradas!!
ResponderEliminarAbrazo Darío.
los mundos que se ven a través de las ventanas.
ResponderEliminarMuy bueno
Un abrazo. Graciela N Barbero
Una bella ventana abierta a la poesía. Cariños.
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