Cadena milagrosa
Y ahí vienen los ángeles,
los arcángeles
la videncia blanca y
los cortes de brujería
y las cadenas prodigiosas que prometen
que vas a tener una llamada importantísima en cuatro
minutos.
Y que las cosas no pasan porque sí.
Y que todo está previsto
para que aprendamos algo,
que aprendamos algo,
que siempre aprendemos algo,
la regla del dos,
por ejemplo.
El dolor, el estúpido dolor,
por ejemplo.
Vamos, mandemos las cadenas
milagrosas que vienen las magias
y te tocan el hombro .
A esta cadena la inició un monje trapense
y cayó sobre el convento
una lluvia de monedas de oro.
A uno que no la mandó
le sucedieron cosas horripilantes:
se le llenó la casa de moscas
y se quedó ciego por setenta y dos horas,
arañó las paredes y no encontró el tesoro
que buscaba.
Porque estaba ciego, claro.
Vamos, apurémonos que vienen los ángeles.
Todo pasa por algo. Todo está previsto.
Dos por uno dos,
dos por dos cuatro.
Ya aprendí.
No quiero más.
Si llego a ver a un ser alado, le tiro Raid.
© Alicia Márquez
Siempre me gusta leerte Alicia, tus textos se sientan en mi cabeza y dialogan con mis neuranas. Siempre hay ideas atractivas, verdades , un motivo para reflexionar. Un abrazo
ResponderEliminarLily Chavez
ay, alicia, ya estaba comenzando a rezar cuando... ¡ qué final!! aplaudo tu capacidad que despierta el asombro y la alegría. abracito. susana zazzetti.
ResponderEliminarTe aplaudo, amiga. tu final es muy ingenioso y le pone ironía donde más hacía falta.
ResponderEliminarBesosssssss
perfecto cierre.Impecable!
ResponderEliminarbesos
Genial! Sobre todo el remate! Me gustó muchísimo!
ResponderEliminarSiempre se hace placer leerte, Alicia! Como en este poema donde la creatividad y el mensaje marcan tu sello poético.
ResponderEliminarCariños.
Alicia Corrado Mélin.