Taller
mecánico
Estoy
de vuelta en la casa de mis padres.
Parado
frente a la puerta me pregunto si será necesario todo esto:
Llegar
hasta acá para sentir que siempre fue igual,
y que
la distancia no apaciguó el impulso bélico.
Apenas
entro ya son cinco años los que me separan de la calle.
El olor
es el mismo y los recuerdos son gratos cuando aparecen
y se
mezclan con los ruidos familiares.
Subo
una escalera que nunca se inclinó lo suficiente para un
/perdón.
El
cuarto oculta un secreto mutuo que intento violentar.
Llevo
una barreta y una ganzúa,
llevo
toda la noche en vilo intentando despertar.
La
ventana abierta cae sobre un jardín cuidado por la memoria.
Entre
medianeras bajas una mujer riega las sombras.
Cansado,
me siento en la cama donde agonizaron los sueños,
y
espero que de los pliegues alguna voz me haga dormir
o le
invente otro final a la historia.
© Rodrigo
Illescas
ResponderEliminarTremendo poema, Rodrigo.
Un abrazo.
Alicia Márquez
Me encantó este texto. Tiene imágenes sólidas, poéticas, muy expresivas. Especialmente "Entre las medianeras bajas una mujer riega las sombras": es un poema en sí mismo. Muy bueno. Un abrazo. Adriana Maggio
ResponderEliminarExcelente poema, tremenda la historia que siento encierra en él,
ResponderEliminarSilvia Loustau
ResponderEliminarGran poema; nos entrega fragmentos de lo que fue y posiblemente, sigue siendo sueño. Cuanta belleza en sus letras.
Hermoso poema!!!
ResponderEliminarflora levi
Tremendo y cargado de belleza.
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