LA CASA DESOLADA
Recostada sobre el ladrillo desolado
y en silencio,
busco apoderarme de las sombras que danzan burlonas
sobre el patio rojizo y a la intemperie.
Las paredes cincuentonas del ayer,
crujen solitarias y al desnudo,
descarnando las cicatrices cansadas del recuerdo.
Una porción de historia autografiada,
desata a las muecas desesperadas de la furia,
mientras, sollozan lentamente los espacios
inundando soledades de costumbres apretadas por cimientos.
Un desamparo frio,
destiñe a las alas coloridas de la casa.
Todos marcharon, menos el olvido
que sobre mis huesos, se quedó mirándome.
© MARY ACOSTA
Este poema es un elogio al verso y la palabra. Un final oscuro y estremecedor.
ResponderEliminarUna bella pintura del pasado y el paisaje que refleja el paisaje interior.
ResponderEliminarMuy hermoso, Mary.
Aplausos, bises y besos
María Rosa León
ResponderEliminarQue bello poema, Mary. Es un poco triste pero muy real y
con muy buenas metáforas. Te felicito.
Elena Cabrejas
31 de Agossto de 2015 20:35
je je je juarsssss
ResponderEliminarPoema bien llevado pero lo que más me impactó fue el final, palabras que se disfrutan aún en la tristeza.
ResponderEliminarUn abrazo. Betty
Querida Maryta: excelente poema, me quedó prendido de la piel ese final: "Todos marcharon menos el olvido, que sobre mis huesos se quedó mirándome. Un gran abrazo. Antonio Pourrere
ResponderEliminarQuè cierre, amiga. Estupendo!
ResponderEliminarBesosssssss
La descripción de la casa, y de la desolación cuando el nido vacío, ¿tal vez? Pues así estamos muchas, Mary querida, qué bueno poder ponerlo en poesía. Te abrazo. Isabel Krisch
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