Llorar
Llorar no es limpiarse
es mojar un vestido
correr el maquillaje
ahuecar los surcos de la cara
como cauce de deshielo
es sangrar del color de la piel
dejar algo esparcido
con anticipación, sobre la tierra.
Limpiar los ojos sí.
Después de llorar
lo que se ve recupera el foco
el paisaje es más claro
la flor naranja, intensa
hasta el tacto más sensible.
Limpiar
es solo cosa del agua
quizá de la lluvia, que no es agua
solo un rito que esclarece.
Las lágrimas son como de aceite
deslizan aquello
que —desde adentro—
viscoso
no puede más que verterse.
© Carolina Zamudio
Bienvenida Caro a este sitio que pretende difundir a poetas contemporáneos, mes a mes serás difundida. Un abrazo Gus.
ResponderEliminarMil gracias, Gus. Un placer andar por aquí por obra tuya. Nos vemos. Nos seguimos leyendo. Abrazo.
ResponderEliminarBello texto, sin maquillaje, como el corazón y el rostro después de las lágrimas.
ResponderEliminarClaudio Simiz
LLorar sin maquillarse, bellisímo.
ResponderEliminarBienvenida, un placer leerte con tu poesía al natural, libre y fresca.
ResponderEliminarUn abrazo
Betty
Bellísimo texto. Me encantaron sus imágenes tan originales y poéticas. ¡Bienvenida con tu poesía! Un abrazo. Adriana Maggio
ResponderEliminar¡Hermoso tu poema, Carolina! Las lágrimas purifican como la lluvia...
ResponderEliminarFelicitaciones y un besi grande de bienvenida
María Rosa León
Bello poema! Y qué bueno encontrarte aquí!! PAOLANTONIO
ResponderEliminarMil gracias a todos. Abrazo, feliz de leerlo a ustedes también.
ResponderEliminarQué hermoso poema, es un remanso....
ResponderEliminarJuan Carlos Rodríguez
..."Un rito que esclarece....." Bello poema CAROLINA y bienvenida a la página de Gus, un abrazo, Dolores Pombo
ResponderEliminar¡Gracias! Es bueno leer vuestros comentarios porque una repara en palabras que había olvidado haber escrito.
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