Poema de Leonardo Martínez
Ana Emilia no está más
Ana se transformó en tenue vacío
Ana es una rama quebrada del árbol que jamás existió
Ana está perdida en un legajo indescifrable
¡¡Madrecita de los poetas nacidos
mientras atravesabas el espejo !!
Los premios los poemas las ilustres amistades la generosidad
no importan
Nada importa en líneas generales
Porque en realidad
nos encontramos aquí para un baile
repentino
haciendo los desplantes y genuflexiones pertinentes
al tiempo que zozobran los cuerpos que amamos y nos amaron
Y Ana Emilia perdura
bajo el árbol de los deseos
En una madrugada pasada dejó esta nota
en mi entresueño
‘’la poesía no se cotiza
ni se negocia
la intriga y la adulación les son ajenas
la poesía es una honda aspiración
nada más que eso
aspiración del cuerpo
hasta su desleidura’’
Ana Emilia se muestra carnal y transparente
Es reflejo y a la
vez aliento
Pronto el destino desatará los nudos
y marcará el rumbo
hacia
vaya usted a saber dónde
La eternidad no es un
frigorífico para conservar los poemas
No sabemos qué es la eternidad
Existe como un anhelo para escapar de los neurosiquiátricos
o de los asilos para ancianos desquiciados
o para desorientar a las parcas
Los poemas y Ana Emilia son ahora corazón del viento
Andan dando vueltas
según el Teuco
por los ultramares neblinosos
como pájaros bordeando la muerte
Y así continúa todo
rodando ascendiendo sumiéndose
En la beatitud de las sucesiones
la muerte es el lado cierto del amor
corazón de viento de la amiga poeta
que de pie ante el instante
canta el fuego de la centella
para hundirse después en el lagar oscuro
donde el padre pisa las uvas del futuro vino
Ana Emilia habla
dice
somos una gota del mar de Ulises
Calipso y Circe Agamenón y Áyax
Príamo y Hécuba Patroclo Aquiles
nos hicieron oler fragmentos de lo perenne
El Egeo bate palmas en la memoria inabarcable
Los viejos continentes perdidos
vierten la esperma de los inicios
y el Ande se encabrita y derrama su alforja de abuelos
sobre nuestro ir y venir por los senderos
del Imperio
Ana Emilia como lámpara de lo desconocido
se pierde en el futuro
Del bosque antiguo quedan sólo chamizas
para sustento de la brasa que se apaga
pero de la alta y radiante belleza
su resplandor inmarcesible
© Leonardo Martínez
8 comentarios:
hermosísimo, muy trabajado. adhiero alpensamiento de ana emilia. susana zazzetti.
¡Gracias, Leandro, por devolvérnosla y por mostrar a Ana Emilia como lámpara!
Aplausos y un gran abrazo
María Rosa León
Abrazo grande, querido Leonardo, y bello sol de este lado del mundo! jm
HERMOSO HOMENAJE A UNA GRAN POETA!
Muy bueno el poema; está Ana Emilia y está la poesía. Gracias. Inés Legarreta
Bello homenaje. Destaca ble.
Un abrazo
Lindo homenaje para Ana Emilia, te felicito y lo comparto en sentimiento.
Abrazos
Betty
"no sabemos qué es la eternidad"... una profundísima reflexión que lleva a la querida Ana Emilia de la mano. Abrazo hermano Leonardo. PAOLANTONIO
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio