6/6/15

Valeria Cervero comparte IRENE GRUSS



El ruido

Cuando ya me olvide de estar siempre
a la espera de un
desenfreno, cuando
tome real cuenta de que esto conlleva
graves lesiones cardíacas, el sobresalto,
el timbre que uno creía
estar esperando, la velocidad,
el vértigo que uno creía
desear hasta tal punto,
recién entonces el silencio
será como un útero lleno o una cabeza
llena de algo que no es conocimiento
o las dos cosas llenas o vacías
pero al fin el silencio no aturda, cuando
ya me olvide
de lamer eso con lo que una
creía llenar
       el estómago la cabeza el útero el oído, o
simplemente el corazón las manos,
cuando todo o nada se calme
pero me olvide, el silencio
vendrá a mí como un amante
casi perfecto, casi amado,
mi tolerancia será finita o infinita,
la entrega será parcial o
inmediata,
me olvide, cuando por fin olvide,
el silencio será
tan intercambiable
como cualquier persona o cosa,
tan insustituible
como cualquier persona o cosa,
tan irremediable como la salud,
esa que soporta o sostiene o sobrevive,
cuando deje, por fin deje
trabajar a la memoria como esas máquinas
que una vez terminado el mundo
             siguen funcionando, autómatas, y
el silencio sea
lo que vibra alrededor,
lo que se mueve o ya no se mueve alrededor
de la memoria, lo que ya
no reacciona ni sobresalta
ni obtura el timbre, la sordera, me olvide
de oír
o de esperar el ruido, el vértigo, eso que
creía era la acción, la pasión
el encuentro con algo con alguien que
creía era no era, cuando
me olvide y me duerma o
abra los ojos para descubrir
el sueño o lo que vi, después de todo,
cuando me canse o me desvele,
qué será del silencio
qué será de ese algo de esa nada,
el factor
constante, alucinado que habla calla
canta.



IRENE GRUSS

3 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Qué grande Irene! como este poema, esete hermoso canto al silencio, ese amante "que vendrá a mi , casi perfecto, casi amado,..."

Gracias por compartirlo Valeria,
un beso grande!
Montse Bertrán

6 de junio de 2015, 20:40  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Muchas gracias, Valeria, por compartir a la admirada Irene Gruss y el ineludible silencio primordial
Un abrazo
Lía Miersch

7 de junio de 2015, 1:58  
Blogger Unknown ha dicho...

Uh, su lectura no acepta distracciones. Es como si te tirara una red de palabras y te dejas pescar por su contenido y su música. Gracias por compartir.

9 de junio de 2015, 21:45  

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