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12/6/15

Silvana Merlo comparte OLGA OROZCO

  
Con Esta Boca, En Este Mundo 

No te pronunciaré jamás, verbo sagrado,
aunque me tiña las encías de color azul,
aunque ponga debajo de mi lengua una pepita de oro,
aunque derrame sobre mi corazón un caldero de estrellas
y pase por mi frente la corriente secreta de los grandes ríos. 

Tal vez hayas huido hacia el costado de la noche del alma,
ese al que no es posible llegar desde ninguna lámpara,
y no hay sombra que guíe mi vuelo en el umbral,
ni memoria que venga de otro cielo para encarnar en esta dura
  nieve
donde sólo se inscribe el roce de la rama y el quejido del viento. 

Y ni un solo temblor que haga sobresaltar las mudas piedras.
Hemos hablado demasiado del silencio,
lo hemos condecorado lo mismo que a un vigía en el arco final,
como si en él yaciera el esplendor después de la caída,
el triunfo del vocablo, con la lengua cortada. 

¡Ah, no se trata de la canción, tampoco del sollozo!
He dicho ya lo amado y lo perdido,
trabé con cada sílaba los bienes y los males que más temí perder.
A lo largo del corredor suena, resuena la tenaz melodía,

retumban, se propagan como el trueno
unas pocas monedas caídas de visiones o arrebatadas a la oscuridad. 

Nuestro largo combate fue también un combate a muerte con la muerte, poesía.
Hemos ganado. Hemos perdido.
porque ¿cómo nombrar con esta boca,
cómo nombrar en este mundo esta sola boca en este mundo
con esta sola boca?



OLGA OROZCO

6 comentarios:

  1. Maravillosa Olga!!! Le escuché decir este poema, con esa gravedad que resonaba como una música. Gracias por traerlo.

    (este es mi segundo comentario, creo que el anterior salió con error.)

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  2. una grande Olga Orozco.
    grcias por compartir
    Saludos
    Anahí Duzevich Bezoz

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  3. Gracias por Olga, por esa boca siempre en este mundo!!

    !Gracias!

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  4. Excelente elección. Gracias por compartir
    Maria Cristina Fervier

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  5. Excelente, es uno de los poemas de Olga Orozco que más leo, que más me impacta... Gracias. Sonia Del Papa Ferraro

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  6. La magnitud del poema, lo dice todo.
    Gracias por evocarla.
    Un abrazo Ana Romano.

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