Olga Liliana Reinoso comparte ANTONIO MOYA
PRECIO
Vivir es un delito.
Te besé, no era tarde.
Escribí dos promesas
por tu cuerpo
antes de abrir los ojos
para verte.
Era tiempo de adiós.
El sol primero nos dio
mucho miedo. El sol.
El lapidario sol, la luz
verificada.
Mi última huella
fue la del espejo. Allí
te dejé, al pie, un mechón
de cabello; allí, junto al jabón.
Quedó vacía la casa.
Vivir es un delito:
se paga con la muerte,
sin remedio.
ANTONIO MOYA
2 comentarios:
Muy bueno, sobre todo los tres últimos versos.
¡Excelente! Gran elección Liliana.
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