Considerando en frío, imparcialmente,
que el hombre es triste, tose y, sin embargo,
se complace en su pecho colorado;
que lo único que hace es componerse
de días;
que es lóbrego mamífero y se peina...
Considerando
que el hombre procede suavemente del trabajo
y repercute jefe, suena subordinado;
que el diagrama del tiempo
es constante diorama en sus medallas
y, a medio abrir, sus ojos estudiaron,
desde lejanos tiempos,
su fórmula famélica de masa...
Comprendiendo sin esfuerzo
que el hombre se queda, a veces, pensando,
como queriendo llorar,
y, sujeto a tenderse como objeto,
se hace buen carpintero, suda, mata
y luego canta, almuerza, se abotona...
Examinando, en fin,
sus encontradas piezas, su retrete
su desesperación, al terminar su día atroz, borrándolo...
Considerando también
que el hombre es en verdad un animal
y, no obstante, al voltear, me da con su tristeza en la
cabeza...
Comprendiendo
que él sabe que le quiero,
que le odio con afecto y me es, en suma, indiferente...
Considerando sus documentos generales
y mirando con lentes aquel certificado
que prueba que nació muy pequeñito...
le hago una seña,
viene,
y le doy un abrazo, emocionado.
¡Qué mas da! Emocionado... Emocionado...
CÉSAR VALLEJO
Vallejo Cada vez más grande. Gracias por elegirlo y hacerme releer este poema.
ResponderEliminargenio,genio
ResponderEliminarGrande, grande César Vallejo un poeta inmortal.
ResponderEliminarjorge pablo moreno.
INMENSO! CARLOS CARBONE
ResponderEliminarGenio total!
ResponderEliminar!Gracias!
Simplemente genial, gracias, María Ángeles!
ResponderEliminarVallejo Siempre genial. Gracias por compartir tu eleccjòn, María Angeles. Un beso grande
ResponderEliminarMaría Rosa León