GENIALOGÍA DEL MAR
Una pelota blanca tejía enlace de aire y arena
verano de 1999 en la Costa Azul oriental
entre el hotel abandonado y el canal que venía del clú
era la primera vez que jugaba al fútbol con mi padre
Hombre de aguas dulces nadador de mar con técnica de
horizonte
ducho con el pie en el estribo nulo en la pelota
esa mañana de playa vacía él invitó jugar a pasarla
y me puse en plan de técnico y de bromista
Se la tiraba fuerte y de cuando en cuando caía
sobre su pelo gris ondulado una lluvia de arena fina
de reflejos todavía andaba bien nunca lo dejé ciego
Parecía no darse cuenta de la intención
El pequeño picado poco a poco se diluía hasta que
cansado del gaste mi padre retó a cruzar la ruta
se venía el desafío al billar disciplina en la que había
sido mi maestro
en ese mismo lugar de paredes empachadas de adornos
marítimos
donde parroquianos y peones de la estancia del fondo tomaban
caña
el pulpero era un flaco bigotudo oriundo de Minas
Ambos en cuero pedí una coca él extrañamente una cerveza
comenzó lo imborrable
Anotábamos las carambolas en un tablero de fichitas
circulares de madera
hasta que terminábamos las líneas y como en una máquina de
escribir
las volvíamos al inicio
Los parroquianos gritaban al son del espectáculo genealógico
Brujita Blanca rondaba el paño
Felicidad para siempre
Dos en juego, una sensación
© Lucio Madariaga
¡¡ este madariaga!! imposible no leerte, releerte y releerte en este cuadro no tan de costumbre en este tiempo, donde a través de las palabra, dos son UNO.elicitaciones, poeta. susana zazzetti.
ResponderEliminarCuánta dulzura para mirar al padre! Me gustaría esa mirada de alguno de mis hijos. Gracias por tu palabra poeta!
ResponderEliminar"comenzó lo imborrable": este verso, lo habrás advertido, Lucio, es la carambola nuclear del poema.
ResponderEliminarRolando
*
Cuánta nostalgia y sabiduría poeta!!
ResponderEliminarUn placer!!
abrazo
Lo más hermoso que expresas es la herencia de amor y admiración, los momentos compartidos y tu capacidad poética llevando toda experiencia a la palabra.
ResponderEliminarSusana Giraudo
Muy buen poema!
ResponderEliminarGracias a todos!
ResponderEliminarAbrazos.
Lucio
Me encanta el hijo y el padre , una unión de horas en los secretos de un momento , un saludo de María Luisa Márquez
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