PALOMAS DE HARINA
Le doy forma y me creo Dios
Glauce Baldovin
Mis manos son palomas
de harina cuando amasan.
Vuelan sobre la mesa /dibujan un nido
pongo allí los huevos / y
la blancura
acuna el sol y la
vida/ como una moneda dorada.
Estiro la masa / hundo las manos en ella
le
doy forma y me creo Dios..
Un perfume a monte ahúma la tarde.
Un olorcito a pan
invade la casa.
Entonces
como un aroma suave /
me consuela
el
olvido.
© Leonor Mauvecin
mucha dulzura, leonor. me encanta el trajín de tus manos. susana zazzetti.
ResponderEliminarAmasar es culto de amor! Y sobretodo cuando ses pan se trata! Gracias poeta!
ResponderEliminarCon las mismas manos que acaricia, con ellas crea perfume el don mas preciado del hombre.
ResponderEliminarFelicitaciones!!
Muy hermoso. Lleno de dulce melancolía. A través de la acción femenina y doméstica de amasar, el yo poético no sólo se "cree" Dios, sino que se "crea" Dios (gracias a la ambigüedad semántica de la primera persona singular del verbo), y el acto culinario, simple y cotidiano, adquiere una dimensión cósmica. Un abrazo. Adriana Maggio
ResponderEliminarLeonor, ¿que te puedo decir? Me conmovió. Recordé a mi viejita haciendo esos nidos de harina, con sus manos blancas cubiertas de arrugas y, como un milagro, sacando del horno scones, panes y medialunas. No se si el olvido consuela, pero los recuerdos causan una alegre tristeza.
ResponderEliminarMucha melancolía en este poema, me encantó ese dulce amasar de palabras. Abrazos
ResponderEliminarRosa Lía
bello, bello!!! me encantó este poema!!! lleno estoy de raras sensaciones, hasta se puede oler ese pan. mmm... creo que será difícil de olvidar, gracias por compartirlo, un beso, francisco
ResponderEliminartan pan tu poema, tan hambre compartido en los aromas y en la memoria.
ResponderEliminargracias
"un perfume a monte ahúma la tarde"
ResponderEliminarUn olorcito a pan invade la casa"
Un allazgo poético Leonor.
Hermosooo poema
Ignacio
tu poesía me instala siempre en zonas luminosas, abre puertas y me deja mejor que antes de leerte. Abrazo. Irma Elena Marc
ResponderEliminarHermoso Leonor! Qué envidia y cuánta admiración me causa que existan poetas que siguen escribiéndolo al casi siempre chiquitito costado luminoso del alma. Gracias por tu poesía
ResponderEliminar