27/5/15

Poema de Estela Barrenechea


Si fuera mi voz 

Yo era, acaso, el niño abrazado
a la dureza luminosa del sol,
la amiga de una realidad arbitraria
de espejo cortado.

¿Cómo explicar,
de repente el mundo ante el crujido neutro
que forma la materia silenciosa?
¿Por qué no me reconocía
ni siquiera en mi género?

La luz plana de la niebla
ha sucumbido a la palabra dulce,
a la tangible línea de la letra.
Oigo poemas que se escapan de los libros,
sacudo las orejas y el sonido vibra.

Cada figura en mi propia casa
desnuda las paredes agrietadas.
Madre,
nunca he sentido tanto frío.
¿Por qué mi pequeño alveolo del pecho airea?
No tomaré nada de nada sino el vacío del afuera.

¿Por qué la sombra propia, las nuestras,
en el doblez de la lengua?

Madre,
la mujer de la ciudad tiene nervios de alambre
que empalizan las ganas.

¿Cómo nacer al margen, aunque sea
como huelguista del mundo?
¿Por qué ese anhelo y el peso de mi cuerpo?
Parece que me hablan las tripas del verso.


© Estela Barrenechea

2 comentarios:

Blogger graciela barbero ha dicho...

"Parece que me hablan las tripas del verso"
uh! fuerte y profundo poema.
Un abrazo
Graciela N Barbero

28 de mayo de 2015, 19:07  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Fuerte poema. "hablan las tripas del verso" buscando el amparo maternal.
Maria Cristina Fervier

2 de junio de 2015, 0:35  

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