La humedad de las cornisas
No hubo un instante para las manos
apenas un rumor de peldaños indecisos
en el oficio
que encontramos
Era el nombre de la soledad
que jamás renunciaríamos
una función criminal a nuestro alcance
el deseo de pasarle la lengua a los filos
y movernos lentos entre la sombra y la inocencia
No era difícil dilatarnos hacia el declive de la noche
ser palomas extendidas entre sus muñecas muertas
pegar la espalda contra los muros del deseo
y no desear
o desear
demasiado
como una forma violenta de la quietud o el equilibrio
Por eso hoy
que he besado los perfiles de la lluvia
saco mi saber de los armarios
Voy a contrabandear con la muerte
mis
pecados
y no cobraré más
que un retazo de
memoria
© Marcela Predieri
Soberbio, estremecedor, sólo nos queda quietud de la memoria. Gracias por este poema.
ResponderEliminarjorge pablo moreno.
INMENSO POEMA. SE ME GRABÓ ENTRE TANTAS IMÁGENES ACERTADAS "PASARLE LA LENGUA A LOS FILOS"Has obtenido lo que buscabas. Un beso Isabel Llorca Bosco
ResponderEliminarbellísimo e intenso!!! gracias por compartirlo, francisco
ResponderEliminarMe encantó!
ResponderEliminarGraciela N. Barbero
Muy bueno!
ResponderEliminarBello y conmovedor , ese contrabando de pecados que nos identifica como humanos, ese pasar el a lengua por los filos... excelente . Un abrazo Marcela
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