Camino.
Deambulo en el azul.
Tejo mis pasos sobre las flores mutiladas,
sobre el despojo de la hermosura, que trazo a trazo fue lo
negado.
Huellas, vestigios de pájaros que huían deshabitados,
son la techumbre herida que te nombra.
Yo soy la astilla que supo del naufragio,
quien acunó en el aire tu cuerpo de cenizas,
las brasas que habrán sido un ensueño del fuego,
tus tantas muertes abrazadas.
Yo soy quien sangró en la espera de los dones,
en la vida que se vertía desde vos como un río de abandonos.
Huérfana y exiliada,
camino en el naufragio,
sobre la piel fragante de las flores,
sobre los vuelos,
sobre este barro de las letras,
sobre este preguntar
cómo escribir tus muertes,
cómo apurar el sorbo amargo
y arder en paz sobre esta tierra.
Una mujer
escrita
en cicatrices.
© Amalia Zacoutegui
Una mujer escrita en cicatrices... que belleza inalcanzable nos trans mite este poema. Bellisimo. Felicidades.
ResponderEliminarjorge pablo moreno.
Gran poema, Amalia. Me conmovió mucho el final. Besos Isabel Llorca Bosco
ResponderEliminarMuchas gracias, Jorge Pablo! Qué alegría que te haya tocado así! Un abrazo
ResponderEliminarAmalia Zacoutegui
Gracias, Isabel! Yo lo escribí muy conmovida, por eso esa emoción te toca también a vos. Un abrazo grande!
ResponderEliminarAmalia
tu poesía...fragante como una entrega!!abrazo
ResponderEliminarmaria del mar
Un poema escrito con el alma y el corazón que late.
ResponderEliminarUn abrazo