XIX
al fin
no queda más
que un día desnudo.
un día de soles encendidos/
un día sin infancia/
un día de uvas rojas /
un día sin nombre,/
sin estrellas.
un día en el que nadie encenderá las lámparas.
un día sin esperas /
ni acertijos / un día de espejos empañados .
el día
que seremos
sólo
un puñado de ceniza
© Silvia Loustau
Guau. Días que colmaron y vaciaron nuestra vida. Hermoso
ResponderEliminarTrágico pero muy buen poema, ajustado además a la realaid humana. Bravo, Silvia.
ResponderEliminarDolor. Vivo e mismo. Presente siempre.
ResponderEliminarUn abrazo grande
Muy bueno.
ResponderEliminarbELLO MUY BELLO EN LA EXPRESIÓN DEL DOLOR ... EN EL FLUIR DE NUESTRA VIDA. GRACIAS SILVIA!!! ABRAZO. CECILIA GLANZMANN
ResponderEliminarUn poema que se duele de si mismo, me encantó Silvia!
ResponderEliminarque lo parió!!! una cachetada tremenda a la consciencia!!! bello y duro!!! gracias por compartirlo! francisco
ResponderEliminarAl fin... el fin. Pero leído así es bello, transparente.
ResponderEliminarEn esta edición de mis poetas, he leído a casi todos, me sorprendieron, me dolieron y el tuyo me dejó una caricia suave para ese final que nos ocurrirá. Un abrazo Silvia.Vic
ResponderEliminarMe gustó el poema , esa aceptación de la finitud
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